La importancia del calzado en la tercera edad

Los zapatos son uno de los elementos de nuestro vestuario más importante, ya que no solo sirve para otorgar estética o cubrirnos del sol y el frío, si no que hace de barrera literal entre nuestros pies y el suelo. El calzado cumple una función esencial en nuestro día a día, llevándonos de un lugar a otro, protegiendo el pie de rozaduras o golpes y otorgando amortiguación extra a nuestra pisada. Por eso una mala elección del calzado puede llevar a lesiones y heridas en los pies.

Esto es especialmente cierto en el caso del calzado en la tercera edad. Cuando nos hacemos mayores, todo el cuerpo y en especial las articulaciones, sufren variaciones y se van haciendo más sensibles. La postura y la forma de caminar cambian y el pie es más proclive a deformaciones o dolencias como callos, juanetes y patologías articulares (artritis, osteoporosis, fibromialgia…). Por tanto, es esencial elegir correctamente nuestro calzado en la tercera edad y aconsejar bien a nuestros mayores.

Factores para elegir calzado en la tercera edad

Para elegir adecuadamente un calzado en la tercera edad, hay que tener en cuenta el estado físico y posibles dolencias en las articulaciones, pero también los gustos y costumbres de la persona. Algunas cuestiones que hay que determinar son:

Las deformaciones sufridas por el pie

Con la edad, el pie tiende a ensancharse un poco, y es normal sufrir juanetes o deformaciones en los dedos. Esto puede llegar a significar un cambio de talla del calzado en la tercera edad. Comprar unos zapatos más anchos, con un textil más flexible y con un cierre ajustable puede ser una gran diferencia en la calidad de vida.

Existencia de dolencias y heridas

Existe calzado ortopédico específico para la mayoría de las dolencias propias del pie, así como zapatos que reducen las rozaduras y mantienen las heridas a raya. El calzado debe amortiguar bien los pasos y debe estar bien sujeto al pie para evitar rozaduras, tropiezos o el agravamiento de las patologías por andar mal.

La capacidad para calzarse

Con la edad, es normal perder también un poco de agilidad con las manos o la capacidad para agacharse y arrodillarse. El calzado en la tercera edad debe ser fácil de colocar y de cerrar, así como ser ajustable. Lo mejor es usar cierres de velcro, que son perfectos para estas situaciones.

El uso que se le vaya a dar

No todas las personas mayores tienen las mismas costumbres, ni andan lo mismo ni por los mismos lugares. Si se prevé mucho uso de los zapatos, lo mejor es que tengan una suela gruesa y blanda, que amortigüe muy bien y se adapte al pie.

Calzado de Celia Ruiz para personas en la tercera edad
La importancia del calzado en la tercera edad

¿Cómo es el calzado en la tercera edad?

El calzado en la tercera edad suele cumplir con unos requisitos mínimos. Suelas anchas para adecuarse a posibles deformaciones, y con buena amortiguación para disminuir la carga sobre los pies y las articulaciones. Materiales ligeros, transpirables y flexibles, para mayor comodidad. Las suelas antideslizantes también son muy comunes, así como ciertas características de forma y agarre cuya finalidad es evitar tropiezos y resbalones. Si el calzado no está bien sujeto o tiene un empeine demasiado pequeño, podemos hacer de forma inconsciente algunos esfuerzos extra y caminar distinto, lo cual puede provocar lesiones.

El calzado en la tercera edad es muy versátil y existen zapatos para todas las necesidades. Echa un vistazo rápido por nuestra tienda online y descubre todos los modelos y sus particularidades.



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