23 Feb El pie en personas con distonía
La distonía es un trastorno del movimiento muscular, consistente en contracciones involuntarias de los músculos. Las contracciones musculares son un fenómeno natural que ocurre, por ejemplo, al usar nuestro brazo para agarrar algo o al caminar. Las contracciones causan el movimiento de nuestro cuerpo. Pero cuando ocurren de forma involuntaria y, a veces, extrema, pueden causar torsiones, posturas extrañas, dolores o dificultades para realizar tareas como escribir, hablar o caminar. Estos espasmos musculares propios de la distonía pueden mostrarse más leves o más bruscos, así como afectar solamente a una o dos partes del cuerpo, o a todos los músculos.
La distonía está causada por alguna alteración del sistema nervioso, el cual envía erróneamente al cuerpo las órdenes de realizar estos espasmos. Por poner un ejemplo, el pie en personas con distonía puede doblarse al apoyar o al levantar el pie, afectando al caminar y pudiendo generar lesiones o tropiezos. Pero también es posible que al hacer alguno de los movimientos propios de la marcha, se active la distonía en otras partes del cuerpo como manos, espalda o cuello. Por ello, la distonía puede tener muchos efectos negativos en la salud física de quien la padece y dificultar el desempeño normal de tareas diarias como trabajar, comer o pasear.
Síntomas y complicaciones de la distonía
El principal síntoma de la distonía son los espasmos musculares, con o sin dolor. Habitualmente, los espasmos comienzan en una zona como brazos, cuello o pies. Los síntomas pueden extenderse a otras partes del cuerpo o quedar localizadas en una zona fija. A veces, los espasmos ocurren al realizar una acción fija como escribir o caminar. Los síntomas de distonía empeoran con el estrés, la ansiedad y la fatiga. La fuerza de estos espasmos puede variar mucho, provocando molestias, dolores o accidentes. A veces, la distonía fuerza posturas que pueden acabar provocando lesiones al paciente.
Una distonía mal tratada terminará causando muchas dificultades en la vida diaria del paciente. Estaríamos hablando, por ejemplo, de discapacidades físicas, problemas de movimiento o dolor y fatiga constantes. Los síntomas a largo plazo pueden causar daños psicológicos y aislamiento social. Otras complicaciones que pueden darse si la distonía se localiza en zonas concretas son dificultad de visión (por los párpados) o dificultad para hablar, tragar y masticar (mandíbula). Algunas causas de la distonía son otras enfermedades como: Parkinson, enfermedad de Huntington, lesiones cerebrales, tumores cerebrales e infecciones como la tuberculosis y la encefalitis.
Cuidar el pie en personas con distonía
Algunas personas con este trastorno pueden sufrir muchos de los síntomas en la zona del pie o ver afectada su capacidad para caminar. Una vez detectada la distonía por un médico, será posible buscar el mejor tratamiento y con ello, los mejores medios para evitar daños mayores en el pie. Si la distonía es causada por un traumatismo o alguna enfermedad, probablemente el tratamiento vaya enfocado a la solución de esa causa. Si bien la distonía nunca se cura totalmente, es posible ralentizar su progreso, disminuir sus síntomas o incluso hacerlos desaparecer.
Cuando tratamos el pie en personas con distonía, en Celia Ruiz solemos recomendar nuestro modelo Franky. Está diseñado para ayudar a la movilidad del pie en personas con distonía y enfermedades parecidas. Facilita la pisada y todo el movimiento de realizar un paso. Además, es cómodo y fácil de calzar. Es más ancho que otros zapatos y sus materiales están pensados para ofrecer protección y confort por igual.
El uso de nuestro calzado siempre debe ir combinado con el tratamiento estimado por un médico, como por ejemplo: toxinas botulínicas, relajantes musculares, anticolinérgicos, tetrabenazina o levodopa. Un zapato adecuado puede ayudar a que el pie sufra menos castigo físico, mantenga una mejor movilidad y esté mucho más cómodo.