Problemas de los pies en invierno

Cada año, con la llegada del frío, nuestras vidas se transforman. Naturalmente, nos vestimos de otra forma y hacemos lo posible por evitar las bajas temperaturas, pasando más tiempo en interiores o usando electrodomésticos para regular el calor del hogar. Con todo esto, es posible olvidar los problemas de los pies en invierno. Y es que los pies también sufren mucho con el frío, y a menudo tenemos la sensación de que, a parte de unos calcetines más gordos, no hay mucho que podamos hacer para evitarlo.

Hoy vamos a hablar de las molestas patologías y problemas de los pies en invierno, así como de las medidas que podemos tomar para prevenirlas, como llevar un mejor calzado, evitar las plantillas o masajear el pie al final del día.

Los pies en invierno

Los problemas de los pies en invierno

Tanto en invierno como en cualquier época del año, siempre es recomendable estar atentos a nuestros pies, las señales como el dolor o el picor y la apariencia. Tan pronto empezamos a notar dolor articular o vemos amoratamientos e irritaciones, lo mejor es buscar soluciones ya sea acudiendo al podólogo, a la farmacia o comprando un par de zapatos adecuado. Durante el invierno, nuestros pies son más proclives a alteraciones en la piel y las uñas, sequedad, hongos, infecciones y bacterias, rozaduras…

Un ejemplo es la dermatitis, que generalmente se muestra en forma de irritación y descamación de la piel, así como formación de ampollas o sarpullidos (a veces, con picor). Esto ocurre debido a la deshidratación de los pies, y una solución habitual suele ser el uso de cremas hidratantes. Una forma de prevenir la aparición de dermatitis es evitar ciertos tejidos. Usa calzado abrigado, sí, pero que también sea transpirable.

Un problema parecido son los eccemas (descamaciones de la piel que suelen ir acompañados con picores y a veces aparecen también en las manos) o los sabañones (enrojecimiento e inflamación en los dedos). Para evitar estas enfermedades es importante mantener los pies secos, cambiándonos de calcetines cuando haga falta y cuidando la circulación sanguínea del pie.

Un poco más graves son la Enfermedad de Raynaud y el Pie de Trinchera. Una vez aparecen, estas enfermedades precisan la atención de un profesional médico, ya que pueden volverse muy molestas para el día a día o incluso, en el caso del Pie de Trinchera, causar infecciones graves. Evitar la humedad, secarse los pies en casa y lavarlos a diario con agua templada son algunas recomendaciones para evitar los problemas de los pies en invierno.

El calzado, una solución de raíz

Es normal minusvalorar la importancia del calzado en la salud de nuestros pies. Nos hemos acostumbrado a elegir nuestros zapatos siguiendo criterios puramente estéticos y aceptamos que en ciertos contextos un calzado incómodo, como el tacón, es obligatorio. La realidad es otra, y esa es que si no cuidamos nuestros pies podemos atraer patologías muy molestas que hagan más difícil nuestro día a día. Sobre todo si sufres alguna enfermedad de la piel o de la circulación, llevar un calzado hecho específicamente para cuidar tu pie, es una gran idea.

La mayoría de nuestros zapatos son ideales para evitar los problemas de los pies en invierno. El tejido de nuestro calzado evita el frío y las irritaciones, la forma está pensada para una buena circulación y las suelas están hechas de materiales transpirables y secos, que evitan la acumulación del sudor. Nuestros zapatos combinan las fibras COOLMAX, conocidas por su transpirabilidad, con fibras de carbono que mantienen el pie caliente y seco. El forro es bacteriostático y contribuye a mantener la higiene, disminuir olores y el riesgo de alergias. Nuestro producto está testado en laboratorios externos y cuenta con el certificado UNE-EN ISO 13485:2018, que certifica su calidad para el uso del calzado Celia Ruiz para las patologías y el cuidado contra los problemas del pie en invierno.



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